Curso de Tarot Gratis: Recuperando la Figura de la Sibila
La sibila es una figura intrigante que sienta las bases para un uso del Tarot como algo femenino, pero no lo femenino visto de un modo negativo, si no lo femenino visto como fuente de sabiduría, transformación y sanación. Ser una pitonisa o sibila está vinculado con tener una relación más activa con tu baraja, y no quedarse en lo pasivo de consumir significados que regurgitas de un libro. Ser una sibila es ser capaz de poder canalizar sabiduría que se encuentra en otros planos, y poder tener una relación con tu baraja en la cual también creas tus propios significados para cada carta.
¿Por qué la sibila?
Marija Gimbutas
La sibila es un poderoso símbolo, y puede ser un empoderante arquetipo luego de que se remuevan ideas misóginas del mismo. Desde tiempos muy lejanos, se le otorga la habilidad de la clarividencia y la capacidad de usar oráculos a las mujeres, al punto tal de que esa idea aún existe en la actualidad, si bien está contaminada con muchas ideas misóginas. Las sibilas eran veneradas en culturas como la de Grecia Antigua. Servían a su comunidad y su rol era apreciado y valorado como corresponde.
Según la historiadora Marija Gimbutas, en un principio, las antiguas culturas de Europa no se encontraban en emplazamientos difíciles de acceder para estar protegidos de ataques de foráneos. Las comunidades vivían sin distinción de género y tenían una cultura basada en la cooperación, no en el dominio, así que eran pacíficas. No fue hasta luego de que se establece un orden patriarcal basado en la violencia y el dominio (la Espada), que la sociedad se reestructura a lo que es el día de hoy. El patriarcado no tiene nada de natural, aunque eso nos haga creer las diversas instituciones que establecen y mantienen la cosmovisión dominante.
La sibila tiene un carácter metahistórico, lo cual quiere decir que va más allá de la historia. Apareció en diversas culturas y fue representada por diferentes artistas. Algunas de ellas eran prácticamente Deidades, mientras otras podrían adquirir el cariz de la bruja malvada, como las tres brujas de Hamlet.
Las sibilas en la Antigua Grecia eran mujeres que poseían un poder oracular. El don de la clarividencia se los otorgaba Apolo. En el famoso Oráculo de Delfos, la suma sacerdotisa era una sibila, Pitia. Solía sentarse en un escabel de tres patas a través del cual se enredaba una pitón, su animal de compañía. En un origen, la serpiente era un símbolo de la sabiduría y los poderes de sanación que tenían las mujeres como colectivo. A lo largo del tiempo, la misoginia fue otorgando a la serpiente un cariz más peyorativo, viéndola como un animal dañino y malvado que llega a ser enemiga de la humanidad, tal como podemos ver en el mito de Adán y Eva.
Se decía que Pitia entraba en trance y se comunicaba con los dioses para resolver las dudas de toda persona que acudía al Oráculo de Delfos. Para inducir este trance, usaba una rama de laurel y un cuenco hecho de cerámica. Pitia es una representación del arquetipo de la Sibila con su cariz más positivo.
¿Qué debemos replantearnos de las sibilas?
El nivel de misoginia dirigido hacia las sibilas es tal que palabras como sibilina o pitonisa han adquirido una connotación peyorativa y se usan para referirse a mujeres embusteras, la clase de mujer que tira las cartas y le dice a la gente lo que quiere oír para hacerse de un dinero fácil.
Con el tiempo, el patriarcado se ha ido apropiando de diferentes disciplinas asociadas con la adivinación, como pasó cuando Jung tomó un interés en la baraja del Tarot y se volvió hasta cierto punto “cosa de hombres”. Aquellas disciplinas espirituales que aún no pueden probarse por conocimientos avalados por el patriarcado como la medicina o la psicología, quedan relegadas a métodos poco fiables que practican las mujeres que buscan hacerse del dinero de otros de modo deshonesto. No es tan distinto de lo que sucede con la palabra bruja.
Usar el Tarot para conectarse con las sibilas
Primer ejercicio:
Anota la palabra pitonisa en un papel. Haz una rápida asociación de palabras y recuerdos que se te vengan a la mente cuando lees esa palabra. Anota todo. No lo pienses demasiado. Luego, revisa lo que escribiste.
Ahora, de forma consciente, vuelve a anotar la palabra pitonisa en otra hoja. Esta vez, busca palabras positivas que asocies con ella. No importa si la conexión entre una palabra que se te ocurra y el concepto de pitonisa no parecen aparentes al principio.
Luego, si así lo deseas, escribe oraciones que empiecen con soy una pitonisa, eso significa que…
Si al principio solo te sale escribir cosas negativas, repite el ejercicio al día siguiente, hasta que describirte de ese modo evoque naturalmente conceptos positivos.
Segundo ejercicio:
Separa los Arcanos Mayores y las cuatro reinas de tu baraja. Separa al Mago, el Sumo Sacerdote, Los Amantes, El Emperador, El Ermitaño, El Colgado y El Diablo, de modo tal que solo te queden Arcanos Mayores que representen mujeres, personajes de carácter andrógino como El Loco o La Templanza, o cartas como La Rueda de la Fortuna que no contienen figura humana alguna. Mezcla estas cartas y pregúntale a la baraja a qué arquetipo te acercas más como sibila en este momento de tu vida.
Saca una carta y anota tus primeras impresiones de la misma relacionadas con la pregunta en tu bitácora dedicada al Tarot, o en un diario íntimo común y corriente. Trata de no dejarte llevar tanto por lo racional, escribe desde la tripa, de forma intuitiva y automática.
Pídele a la carta que te comunique su respuesta a la pregunta mientras sueñas. Duerme con la carta debajo de la almohada o en tu mesa de luz, y lleva un diario de tus sueños.
El arquetipo que encarnas como sibila puede ir cambiando con el tiempo. Puedes repetir este ejercicio, por ejemplo, una vez al año, mientras tu relación con el Tarot va cambiando y creciendo.
Tercer ejercicio:
Busca La Suma Sacerdotisa en tu mazo. Lo que se encuentre detrás representará algo que bloquea tu intuición, y lo que se encuentra por delante será algo que lo facilita. Anota tus primeras impresiones de las tres cartas en tu bitácora.
Por la noche, sal un momento a ver la luna. Concéntrate en ella. ¿Cómo te hace sentir? Luego, toma la carta de La Suma Sacerdotisa y medita con ella por al menos diez minutos. Anota todo lo que se te venga a la mente luego de meditar. Puedes además meditar con una adularia o piedra de la luna. Repite este ejercicio por 21 días.
En resumen, la idea de la sibila es digna de ser rescatada de la historia antigua, y vale la pena reivindicar el concepto, librarlo de sus connotaciones misóginas primero de nuestra propia cosmovisión y luego, gradualmente y reunida con otras sibilas, de la cosmovisión hegemónica de la cultura de donde sea que te encuentres.
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