Curso de Tarot Gratis: Hacia una Cosmovisión Más Inclusiva
¿Por qué es importante hablar de cosmovisiones cuando hablamos de Tarot?
Porque el Tarot es, entre otras cosas, una invitación a interpretar nuestra realidad. En toda interpretación influye, lo queramos o no, la cosmovisión hegemónica de nuestra cultura, salvo que nos tomemos el trabajo de deconstruirla y revisionarla con una cosmovisión nueva y propia que sea verdaderamente inclusiva.
¿Qué significa cosmovisión?
Una cosmovisión es una manera de percibir y entender todo lo que está a tu alrededor. El Discurso (la palabra en uso, así como otros sistemas de significado) ayuda a construir diversas cosmovisiones.
Una cosmovisión se vuelve hegemónica cuando dicta el modo en el cual la mayoría de la gente percibe y entiende el mundo. Sin embargo, el hecho de que una cosmovisión sea hegemónica no la hace única. Siempre está en tensión con otras cosmovisiones alternativas.
Algunas de ellas, como la cosmovisión cristiana y la capitalista, con el tiempo se van volviendo una, mientras que otras permanecen separadas.
Para observar lo que conforma y mantiene una cosmovisión determinada, no solo hay que observar lo que se dice, sino también lo que no se dice. Lo que se borra o se silencia también puede comunicar mucho de una cosmovisión, a veces mucho más que aquello que sí se dice. Los discursos que promueven y mantienen una determinada cosmovisión, sobre todo una que es hegemónica, suelen estar muy pulidos y revisados para poder resultar atractivos para la mayor cantidad de personas posible, por eso, lo que se silencia termina siendo más elocuente en cuanto a la verdadera naturaleza de una cosmovisión.
El heteropatriarcado como cosmovisión
El heteropatriarcado se basa en el dominio, la violencia y la subyugación de todo aquello que resulte “problemático” para el sistema; mujeres, colectivos disidentes, otras etnias, ...
Uno de los discursos que sostienen esta cosmovisión es que este es el orden natural de las cosas. Esto proviene de la idea del darwinismo social. Según esta teoría, es necesaria la depredación entre nosotras para que nuestras familias prevalezcan por sobre todas las demás. La ley del más fuerte y la selección natural son algunas de la ideas que nos ha dejado Darwin y que hemos adaptado a la sociedad que hemos creado dotándolas de un aura científica que, sin embargo, resulta ser inexistente. Descubrimientos de la historiadora Marija Gimbutas, con equipos interdisciplinares, parecen demostrar que esto en realidad no es así. Hay civilizaciones en el pasado que se basaban en la cooperación y la igualdad, y no en el subyugo.
El heteropatriarcado también se basa en el discurso de lo racional y lo científico, ya que la ciencia es un territorio heteropatriarcal también.
Tanto la dominación como la razón aparecen encarnadas en conjunto en el símbolo de la Espada, uno de los palos del Tarot que podemos encontrar en las barajas de Marsella y la baraja Rider-Waite Smith.
En contraposición con la Espada, se encuentra la Copa, otro de los palos del Tarot, que viene a representar a la mujer y todo lo femenino. Esto se percibe como un receptáculo pasivo y está vinculado con el mundo de la irracional emoción.
Hay quienes creen que un matriarcado representaría una propuesta opuesta al heteropatriarcado. Sin embargo, el matriarcado también se basa en relaciones de dominio y jerárquicas.
El opuesto del heteropatriarcado es una idea de comunidad y cooperación donde toda persona tiene verdaderamente los mismos derechos. Los grupos feministas del pasado y presente y los colectivos LGBTQ+ encarnan esta idea de comunidad y cooperación de una forma notable, y es gracias a estas ideas de cooperación y unión que ambos han conquistado diversos derechos para las mujeres y otras personas marginalizadas por la sociedad.
El heteropatriarcado también sostiene que el género es binario. Los géneros son dos, hombre y mujer, y son categorías inflexibles en la cual encajan las personas de acuerdo a su genitalidad. Sin embargo, diversas teorías empiezan a inclinarse por entender el género como algo mucho más fluido, un espectro en el cual una persona habita con muchísima más libertad que la idea binaria propuesta por el patriarcado. Esta idea del género como espectro permite que las personas se puedan identificar como hombres, mujeres, o cualquier otro género, independientemente de su genitalidad. Esta nueva visión del mundo se debe adaptar a las tiradas para no quedarnos atrapadas en ideas opresivas.
En España y Latinoamérica un discurso prevalente dentro del patriarcado es el de su gran aliada, la Iglesia Católica. Hasta la Bula Papal de 1950 que reconoce a la Virgen María como co-redentora de la humanidad, la Iglesia invisibiliza el rol de la mujer en la sociedad. Incluso el arquetipo de la Virgen María es uno de la mujer totalmente despojada de sexualidad. En este arquetipo, se ensalzan su fertilidad y su cualidad de madre manteniendo intacta su virginidad.
El Tarot en sí no es patriarcal. Es simplemente un juego de naipes que puede ser una herramienta. Pero, una vez interviene la percepción humana, empieza a teñir la herramienta de las cosmovisiones imperantes en la cultura de quien lo usa. Como un martillo puede usarse para construir o matar dependiendo de quién lo blanda, el Tarot puede usarse para perpetuar la cosmovisión heteropatriarcal, o para construir una nueva cosmovisión.
Hacia una Nueva Cosmovisión
Adrienne Rich
Adrienne Rich, una intelectual de la segunda ola del feminismo, propone la idea de revisionar el mundo. Para lograr utilizar el Tarot de un modo verdaderamente inclusivo, necesitamos verlo con una mirada limpia y despojada de la cosmovisión heteropatriarcal que excluye, domina y destruye.
Esto supone un proceso de reconstrucción en el cual nos replanteemos nuestras ideas y prejuicios existentes para poder reversionarlos por ideas que nos empoderen y nos insten a colaborar con otras mujeres y disidencias. Una vez realizado este proceso, podemos empezar a crear significados, y no solo consumirlos.
En el caso del Tarot, supone apartarnos de ideas como la corriente iniciática o el Camino del Héroe de Jung, que excluyen a la mujer, y recuperar historias mitológicas que la empoderen como seres cercanos a la Divinidad y capaces de comunicarse con la misma y servir espiritualmente a sus comunidades. Un ejemplo de estas figuras mitológicas es la sibila.
En resumen, una cosmovisión, hecha de varios Discursos, es una manera de percibir y entender la realidad. La cosmovisión hegemónica es androcéntrica.
Uno de los discursos que la conforman es el de la Iglesia Católica, que trata de proponer la idea de mujer como ser desexualizado cuya única tarea es la de obedecer al hombre.
Formar una nueva cosmovisión nos permitirá leer el Tarot de una manera verdaderamente inclusiva, pero, para eso, debemos apartarnos de ideas misóginas y empezar a resignificar figuras mitológicas que empoderen a la mujer y a las disidencias.
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